Hoy no fue mi día. Será que Dios está enojado conmigo haha.
Estabamos en misa, me tambaleaba, me estaba por caer, (¿o simplemente estaba por caer de nuevo a un pozo un poco más profundo?) me pesaban los ojos, me estaba por desmayar. Salí a tomar aire, a sentarme y dejar que el viento choque en mi cara para así, sentirme algo mejor. Pero no es fácil que el viento se lleve los recuerdos, o más bien, son tan dolorosos que son imposibles dejarlos ir. Son marcas en la vida, son como cortaduras...Duelen en el momento que nacen de vuelta y una vez que se "curan" queda la cicatriz para siempre.
Tal vez estaba mal por el simple hecho de no haber dormido bien, o por sentirme ahogada. (claro, ahogada en cosas malas). Ahogada en pensamientos, en recuerdos. Ahogada en mi mundo.
Me dieron un caramelo, para así subir la presión, ya que estaba pálida. ¿Pero qué puede hacer un caramelito? Sí, subirme la presión, pero no puedo vivir de caramelos, de cosas dulces para levantarme cada vez que lo necesite...
Tal vez necesite 8 bolsas de caramelitos para ver si de una vez por todas, todo lo malo se borra de mi cabeza, o se va de vacaciones por un tiempo bien bien largo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario